Skip to content Skip to footer

Los 7 Errores Más Comunes de Los Emprendedores

Montar empresa en Barranquilla no es para cualquiera. Requiere agallas, fe, y muchas veces, improvisación. Si tienes un negocio con 1, 5 o 10 personas, sabes que el camino del emprendimiento no siempre está lleno de aplausos. Es más bien un sube y baja constante de logros pequeños, preocupaciones diarias y decisiones que nadie más ve.

Pero si algo hemos aprendido en Coventus, acompañando a decenas de negocios locales, es que no estás solo. Muchos errores que parecen personales, en realidad son muy comunes. Y mejor aún: se pueden prevenir o corregir sin tener que empezar de cero.

Este artículo no es para regañarte, sino para darte un respiro, un poco de dirección y—esperamos—la confianza de que vas por buen camino, aun si a veces se siente cuesta arriba.

A smiling woman in a brown blazer and yellow shirt shakes hands with a friendly Bancolombia bank employee across a glass counter. Both women appear happy and engaged in a successful transaction. The employee wears a white shirt with a blue and yellow scarf, and holds a paper document. The Bancolombia logo is visible in the background.

1. Mezclar las cuentas del negocio con las personales

Sabemos que a veces toca sacar de tu propio bolsillo para que el negocio no se caiga. Pero si nunca separas las cuentas, ¿cómo sabes si realmente estás ganando o solo sobreviviendo?

¿Qué pasa si no lo haces?

  • Pierdes control de tus finanzas

  • No sabes cuánto puedes reinvertir

  • Te cierras puertas con bancos o inversionistas

¿Qué puedes hacer?
Abre una cuenta solo para tu negocio, aunque sea en Nequi o Daviplata. Define un sueldo fijo para ti, aunque sea simbólico. Usa hojas de cálculo simples o apps como Alegra para controlar ingresos y egresos.

Ejemplo real: Conocemos un emprendedor que llevaba 3 años vendiendo desayunos y nunca supo si realmente ganaba. Un día se sentó a organizar sus cuentas y descubrió que lo que le parecía “buena venta” se le iba todo en mercado y transporte. Hoy vende menos… pero gana más.


2. No tener un plan (más allá de sobrevivir el mes)

Cuando uno empieza, lo urgente le gana a lo importante. Pero si solo vives “resolviendo”, el negocio nunca toma rumbo.

¿Qué pasa si no lo haces?

  • Gastas en cosas que no generan retorno

  • Tomas decisiones emocionales en vez de estratégicas

  • Te cuesta crecer o delegar

¿Qué puedes hacer?
No necesitas un documento de 50 páginas. Escribe lo básico: ¿Quién es tu cliente ideal? ¿Cómo lo vas a encontrar? ¿Cuánto necesitas vender para que el negocio se sostenga? Revísalo cada mes y ajústalo según lo aprendido.

Ejemplo real: Una emprendedora en el centro vendía velas artesanales, pero no sabía a quién se las estaba vendiendo. Después de repensar su plan, se enfocó en regalos corporativos. Hoy tiene pedidos fijos cada mes y menos estrés.


3. No entender cómo piensa el barranquillero

Aquí el “sí” muchas veces no significa sí, y el “déjalo así” no siempre es bueno. Barranquilla tiene su propia lógica de negocios.

¿Qué pasa si no lo entiendes?

  • Tu producto puede no conectar

  • Las ventas se enfrían sin explicación

  • Te frustras con respuestas ambiguas o lentas

¿Qué puedes hacer?
Sal a hablar con la gente. Pregunta, escucha, aprende. Participa en eventos locales o ven a coworkings como Coventus donde puedes validar ideas y hablar con otros emprendedores.

Ejemplo local: Una agencia de redes sociales trató de vender servicios vía email a negocios pequeños. No vendieron nada. Empezaron a visitar locales y ofrecer asesoría presencial y cerraron sus primeros tres contratos en una semana.

Un hombre joven con traje formal y corbata sostiene una hoja con la palabra "RESUME" (hoja de vida) durante una entrevista de trabajo. Está sentado en un escritorio de oficina moderno, con un teclado, un monitor, unas gafas y una libreta donde otra persona escribe con un esfero. El ambiente es profesional y luminoso, con una ventana grande al fondo que muestra un edificio exterior. El hombre sonríe levemente, transmitiendo confianza y disposición.

4. Contratar sin pensar (o por salir del paso)

Sabemos lo difícil que es encontrar personal bueno, comprometido y que “agarre la visión”. Pero contratar mal cuesta caro.

¿Qué pasa si no lo haces bien?

  • Problemas internos o pérdida de clientes

  • Desgaste emocional y tiempo perdido

  • Mal ambiente o rotación constante

¿Qué puedes hacer?
No te enamores solo del CV. Busca actitud, responsabilidad y valores. Empieza con contratos a prueba. Capacita bien, aunque sea tú mismo enseñando al principio. Y recuerda: el equipo también necesita soñar contigo.

Ejemplo cotidiano: Un negocio de postres contrató a una amiga de confianza sin definir roles. Al final, ella no entendía cómo atender al cliente y la relación se dañó. Hoy tienen una empleada que no tenía experiencia, pero sí ganas, y la capacitaron desde cero.


5. Trabajar desde casa por ahorrar (y terminar agotado y aislado)

Sí, te ahorras arriendo. Pero también te pierdes de conexiones, foco y energía para crecer.

¿Qué pasa si nunca sales de casa?

  • Te distraes más

  • Tu negocio no se ve profesional

  • Te pierdes de relaciones clave

¿Qué puedes hacer?
Conéctate a un coworking, aunque sea un par de días a la semana. Además de espacio, tienes comunidad, eventos, y personas que están en lo mismo que tú. No tienes que hacer networking forzado. Solo estar presente ya abre puertas.

Ejemplo real: Un freelancer que se sentía estancado empezó a trabajar desde Coventus y terminó colaborando con otro emprendedor para ofrecer paquetes conjuntos. Resultado: ambos ganaron más y ampliaron su oferta.

6. No formalizar el negocio “porque eso es enredado”

Lo entendemos: entre la DIAN, la Cámara de Comercio y los papeles, uno siente que va a perder más tiempo que el que tiene. Pero sin formalidad, también se pierden oportunidades grandes.

¿Qué pasa si sigues informal?

  • No puedes facturar a empresas

  • Te excluyen de licitaciones o programas de apoyo

  • Tu negocio parece “temporal” aunque no lo sea

¿Qué puedes hacer?
Empieza con lo básico: registro en la Cámara de Comercio y sacar el RUT. Hay asesorías gratuitas y si estás en un coworking, es muy probable que te conecten con alguien que te ayude con eso paso a paso.

Hombre de unos 30 años con expresión de enojo y los brazos cruzados, parado dentro de una tienda. Viste camiseta gris y jeans, con el rostro fruncido y mirada seria, mostrando clara frustración. Al fondo se ven estanterías con productos y otras personas, incluyendo a un empleado que parece desentendido. La iluminación es cálida y el ambiente refleja una situación tensa de mal servicio al cliente.

7. No escuchar a tus clientes (hasta que ya no vuelven)

El cliente no siempre tiene la razón, pero sí tiene información clave para que crezcas.

¿Qué pasa si no los escuchas?

  • No sabes por qué no recompran

  • Repetís errores sin darte cuenta

  • Pierdes tu reputación poco a poco

¿Qué puedes hacer?
Pide retroalimentación de forma sencilla: por WhatsApp, una encuesta rápida, o preguntando directamente. Y no te pongas a la defensiva. Escuchar no te quita poder—te da dirección.

Ejemplo común: Un diseñador gráfico recibía quejas por demoras pero no decía nada. Al preguntarles a sus clientes, supo que querían más comunicación, no más velocidad. Ahora manda actualizaciones semanales y todos están más contentos.

Conclusión: Ser emprendedor es difícil… pero no estás solo

Llevar un negocio propio en Barranquilla es cansado, emocionante, frustrante, y lleno de satisfacciones que nadie más ve. No se trata de hacerlo todo perfecto, sino de aprender y adaptarte rápido.

Evitar estos errores no garantiza el éxito, pero sí te da mejores chances de resistir las tormentas que vienen con emprender. Y si puedes rodearte de personas que entiendan ese camino—como lo hacen muchos en Coventus—el trayecto se vuelve más llevadero y mucho más enriquecedor.

Leave a comment